jueves, 16 de julio de 2009

.... mas sed ... (parte II)





Bueno, una persona se atrevió a continuar mi relato, y me encanta como lo ha hecho, asi que no voy dejar pasar la oportunidad de colgarlo aqui ..

...Esta vez, sus ojos brillan con mas intensidad , todo vuelve a ser conocido .. No puede evitar mirar a su alrededor mientras su sed de Dominación
aumenta … Toda ella parece poseída , su cara angelical , sus manos , su forma de andar, de sonreir ...

Llaman al timbre, tal como habian acordado , ella deja la puerta entreabierta .. esperándole .. el deberia quitarse la ropa en la entrada, entrar a 4 patas,
colocarse su collar y esperarla en el salón...
Esta nervioso, escucha las cadenas en la habitación .. su corazón agitado no es capaz de responder , parece que se le vaya a salir del pecho.
Se escuchan los tacones por el pasillo, despacio pero rompiendo el atroz silencio que hay en el ambiente.El no puede evitar mirar al suelo ,mientras
su cuerpo incontrolado no deja de temblar.

Puede oler su perfume, y ve como se acercan las prominentes botas, mientras espia un poco por el rabillo del ojo.Aquellos ansiados tacones ...

...Una vara larga se asienta en su espalda. Era un golpe recio pero sin dolor, un sólamente "no mires, ni de reojo tan siquiera". No tenía ese permiso. La vara sigue en la espalda y se comienza a desplazar como una mano afilada que apunta y hiere, lenta, dura, segura. Él está excitado y gime casi para sí mientras sólo alcanza a ver los pasos de su Ama girando a su alrededor. Es un gemir de miedo que ella casi sólo puede imaginar más que oir.

El ambiente ya es su perfume, no hay aire que no esté contagiado de la esencia que hace ser Ama a la Señora de ese lugar. Todo aquello era suyo: la vara, las cuerdas, los arneses, el potro, el aire , el sumiso.... El sumiso intuye demasiadas cosas que le podrían volver loco si supiera que son ciertas; el problema... que lo son. Su Ama sabe esto y ahí es donde juega, donde le tiene realmente en jaque..., él desea todo, desde sus labios rojos vino sangre hasta el tacón de cada una de sus botas. Lo desea y lo tiene, solo que puede alcanzar aquello que su Ama, su Dueña le permita, le dé acceso. Ahora mismo es el principio: tiene todo ante él y sin embargo la ironía de no tener nada, porque él no posee... es poseído.

Sólo un collar oprime su cuello. Es la única prenda ¿puede haber mayor indefensión desde un comienzo? Las reglas son muy claras pero el juego aún se desconoce. ¿sentirá dolor? ¿va a sentir placer? ¿qué podrá tocar, ver, sentir de su Ama? ¿la conseguirá complacer? ¿tendrá que suplicarla muy al final que pare... o muy al principo? ¿qué le gustará más a ella? ... hay algo que le aterra y sin embargo lo desea: estar completamente atado, desnudo, a merced absoluta de ella y que de repente los ojos de su Ama se claven en los suyos...

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