jueves, 14 de octubre de 2010

Porque un esclavo no se cuestiona si es lo mismo ser esclavo que sumiso y en cambio un sumiso si?


Pues a mi entender se diferencian por la forma de obedecer, de pensar, de actuar y en que perspectivas tienen.

Un esclavo si tiene que tomar una decisión siempre se planteara dudas, ya que es labor por entero de su Ama. Un esclavo ante una tarea diaria inacabada esperara el castigo, los sumisos esperamos quizás algo de indulgencia.

Un esclavo piensa en términos de propiedad, no de sumisión. Los límites de un esclavo en principio son más que elevados que los nuestros, el compromiso con su Dominante son mayores, ya que al Dominante se le permite un control más amplio e integro de sus vidas.

El esclavo desarrolla su entrega en el absoluto (yo no tengo el control de nada), su único objetivo es como hacer más feliz y en como ser mejor para su Ama. En cambio los sumisos tendemos a pensar en el conjunto de los dos en esa ecuación.

El esclavo tiende a ser mas consciente de donde se hayan los limites para con su Ama, teniendo cura a ser los más fiel posible a lo que espera su Ama.

Un esclavo no tiene deseos propios, un sumiso si. Cuando su Ama, hace algo más allá, lo percibe como un premio, no como una necesidad cubierta.

Un esclavo ve la relación mas delineada y vacía de “atrezzos” como pueden ser los mimos por ejemplo, esto no quiere decir que no los agradezcan, pero si que lo ven y perciben como un lujo. Están siempre preparados para hacer tareas no deseadas, preparados para empujar los límites, simplemente por el placer del Ama, esperando usar el total de sus habilidades, para complacerlos.

No esperan para nada que se les consulte, opinen o sientan (aunque lo sientan) simplemente no lo expresan a no ser que su Ama se lo requiera.

El esclavo no establece límites en las actividades para con su Ama. Los sumisos, tenemos límites duros que un Dominante no puede cruzar del todo y límites suaves que pueden ampliarse… previa conversación al respecto. El esclavo se limita solo ha aceptar, ni tan siquiera sugerirá que no puede “jugar” de ese modo o con un determinado artilugio.

El esclavo nunca se planteara finalizar una relación, aunque disponga de los medios y herramientas para ello (las tiene porque se fijaron antes de la entrega de collar)

Algunas de estas características también existen en los sumisos… o todas.

:)

El factor que nos diferencia son las visiones que tenemos de los límites de la sumisión, un esclavo no establece ninguno, un sumiso si, la diferencia esta en el factor personal… en uno existe… en el otro no.

Un esclavo no es mejor que un sumiso, ni uno es un descerebrado ni el otro no, ni uno es un mueble inerte ni el otro tampoco… simplemente somos diferentes.

Todo es cuestión de tiempo, de pensamientos y reflexiones.


En el cielo, a los pies de mi Ama.

7 comentarios:

esclavobotas302001 dijo...

felicidades! me parece una reflexión muy lúcida, acertada y auténtica. como esclavo me siento plenamente identificado. tu Amo debe sentirse muy orgulloso de ti. felicidades a ambos

Ursula dijo...

SI, estoy muy orgullosa .. eso si, soy Ama ;)))

Gracias por el comentario !

descalza dijo...

Voy a discrepar desde mi postura como esclava :)

Ante una tarea inacabada, puedo esperar también indulgencia. ¡A saber por qué no la he terminado! Y, además de esclava, sigo siendo persona, es decir, imperfecta.

Mis límites no son más elevados que los de un sumiso. Simplemente, se los entregué a Él para que los gestione.

Yo sé que si no soy feliz, no podré hacer feliz a mi Dueño. Y mi Dueño lo sabe también. Así que procuro serlo y, por tanto, busco mi felicidad también.

¿Que un esclavo no tiene deseos propios? Madre mía... ahora resulta que voy a ser un robot. Claro que tengo deseos propios. Incluso mi Dueño me pregunta por ellos, le interesa saberlos. Pero también se los hago saber. Y, sí, considero un premio la satisfacción de alguno de ellos.

¿Los mimos un lujo? Ay, mi madre, con lo mimoso que es mi Dueño!! ¿Si el Dueño es mimoso, entonces no debe serlo con su esclava? Como esclava, necesito mimos, y eso implica que, si los veo como un lujo, no soy feliz. Y... mi Dueño no quiere eso. Es más, te puedo decir que siendo sumisa, recibí muchísimos menos memos. Irónico, no?

Y no, no estoy preparada para empujar mis límites. Me gustaría estarlo, eso no lo dudo. De prepararme se encarga mi Dueño.

¿Que no espero que se me consulte? Mi Dueño cuenta conmigo siempre que piensa en algo, que sabe que quizá me cueste o no me guste. Y, ¿sabes? Siempre tiene en cuenta mi opinión. ¿Será que no es un Amo porque no es super estricto?

Verás, la diferencia es que yo le entregué todos los límites a mi Dueño para que Él los gestione. Los conocidos, y los que no conozco ni yo. Él sabe cuáles son también esos 'duros' y esos 'suaves'. Y no me fuerza nunca si no estoy preparada.

Y sí, sé que algún día puede que desee romper mi relación, nada es eterno. Sin embargo, sé que no podría irme sin más, le tendría que pedir mi libertad. Pero... eso también lo he hecho siendo sumisa.

Yo creo que el factor que nos diferencia son los límites: un esclavo los entrega a su Dueño para que sea Él quien los controle (exige muchísima confianza, y el Dominante tiene que serlo de verdad, responsable, que escuche, paciente, cauto), y un sumiso siempre guarda alguno para mí (lo que no implica que el Dominante no tenga que ser como el anterior).

Un beso a ti, rotti{URS} y a tu Ama

descalza dijo...

Voy a discrepar desde mi postura como esclava :)

Ante una tarea inacabada, puedo esperar también indulgencia. ¡A saber por qué no la he terminado! Y, además de esclava, sigo siendo persona, es decir, imperfecta.

Mis límites no son más elevados que los de un sumiso. Simplemente, se los entregué a Él para que los gestione.

Yo sé que si no soy feliz, no podré hacer feliz a mi Dueño. Y mi Dueño lo sabe también. Así que procuro serlo y, por tanto, busco mi felicidad también.

¿Que un esclavo no tiene deseos propios? Madre mía... ahora resulta que voy a ser un robot. Claro que tengo deseos propios. Incluso mi Dueño me pregunta por ellos, le interesa saberlos. Pero también se los hago saber. Y, sí, considero un premio la satisfacción de alguno de ellos.

¿Los mimos un lujo? Ay, mi madre, con lo mimoso que es mi Dueño!! ¿Si el Dueño es mimoso, entonces no debe serlo con su esclava? Como esclava, necesito mimos, y eso implica que, si los veo como un lujo, no soy feliz. Y... mi Dueño no quiere eso. Es más, te puedo decir que siendo sumisa, recibí muchísimos menos memos. Irónico, no?

Y no, no estoy preparada para empujar mis límites. Me gustaría estarlo, eso no lo dudo. De prepararme se encarga mi Dueño.

¿Que no espero que se me consulte? Mi Dueño cuenta conmigo siempre que piensa en algo, que sabe que quizá me cueste o no me guste. Y, ¿sabes? Siempre tiene en cuenta mi opinión. ¿Será que no es un Amo porque no es super estricto?

Verás, la diferencia es que yo le entregué todos los límites a mi Dueño para que Él los gestione. Y a mí Dueño le gusta que yo tenga iniciativa. Para todo lo demás, las muñecas hinchables están bien, no se quejan, no piensan...

Y sí sé que es posible que esta relación tenga un final, y que un día quizá no quiera continuarla. Sin embargo, sé que tendría que pedirle a Él que me libere, no podría irme sin más. Pero... eso he tenido que hacerlo como sumisa.

El factor que nos diferencia, en mi humilde opinión, son los límites. Un esclavo deja los límites en manos de su Amo, lo que implica una mayor confianza, y exige de Él responsabilidad, cautela, paciencia. Un sumiso no, se guarda alguno para sí (lo que no implica que su Amo no tenga que ser responsable, cauto o paciente).

Y, efectivamente, una cosa no es mejor que la otra. A cada cual, lo suyo.

Un beso grande, rotti{URS}, también para tu Señora URSULA

PD: Jeje, la otra opción es que quizá yo no sea esclava, y sin embargo, lo soy.

descalza dijo...

Voy a discrepar desde mi postura como esclava :)

Ante una tarea inacabada, puedo esperar también indulgencia. ¡A saber por qué no la he terminado! Y, además de esclava, sigo siendo persona, es decir, imperfecta.

Mis límites no son más elevados que los de un sumiso. Simplemente, se los entregué a Él para que los gestione.

Yo sé que si no soy feliz, no podré hacer feliz a mi Dueño. Y mi Dueño lo sabe también. Así que procuro serlo y, por tanto, busco mi felicidad también.

¿Que un esclavo no tiene deseos propios? Madre mía... ahora resulta que voy a ser un robot. Claro que tengo deseos propios. Incluso mi Dueño me pregunta por ellos, le interesa saberlos. Pero también se los hago saber. Y, sí, considero un premio la satisfacción de alguno de ellos.

¿Los mimos un lujo? Ay, mi madre, con lo mimoso que es mi Dueño!! ¿Si el Dueño es mimoso, entonces no debe serlo con su esclava? Como esclava, necesito mimos, y eso implica que, si los veo como un lujo, no soy feliz. Y... mi Dueño no quiere eso. Es más, te puedo decir que siendo sumisa, recibí muchísimos menos memos. Irónico, no?

Y no, no estoy preparada para empujar mis límites. Me gustaría estarlo, eso no lo dudo. De prepararme se encarga mi Dueño.

¿Que no espero que se me consulte? Mi Dueño cuenta conmigo siempre que piensa en algo, que sabe que quizá me cueste o no me guste. Y, ¿sabes? Siempre tiene en cuenta mi opinión. ¿Será que no es un Amo porque no es super estricto?

Verás, la diferencia es que yo le entregué todos los límites a mi Dueño para que Él los gestione. Y a mí Dueño le gusta que yo tenga iniciativa. Para todo lo demás, las muñecas hinchables están bien, no se quejan, no piensan...

Y sí sé que es posible que esta relación tenga un final, y que un día quizá no quiera continuarla. Sin embargo, sé que tendría que pedirle a Él que me libere, no podría irme sin más. Pero... eso he tenido que hacerlo como sumisa.

El factor que nos diferencia, en mi humilde opinión, son los límites. Un esclavo deja los límites en manos de su Amo, lo que implica una mayor confianza, y exige de Él responsabilidad, cautela, paciencia. Un sumiso no, se guarda alguno para sí (lo que no implica que su Amo no tenga que ser responsable, cauto o paciente).

Y, efectivamente, una cosa no es mejor que la otra. A cada cual, lo suyo.

Un beso grande, rotti{URS}, también para tu Señora URSULA

PD: Jeje, la otra opción es que quizá yo no sea esclava, y sin embargo, lo soy.

descalza dijo...

Hola, rotti{URS}, me alegro de leerte. Como blogger no me deja responderte en el comentario, te he respondido en mi blog,

un beso grande para ti y tu Señora

cualquiera dijo...

yo creo -es mi humilde opinión- que básicamente la diferencia es que el esclavo puede ser rebelde, ya que a veces es esclavizado contra su voluntad. y los sumisos tenemos una predisposición natural a obedecer y a humillarnos, que el esclavo carece. dicho esto es fácil comprender porqué al esclavo se le castiga y a los sumiso se nos humilla, aunque ambos podemos ser objeto tanto de castigo como de humillación.

gracias por permitirme opinar, beso Sus Pies, Señora.