martes, 10 de marzo de 2009

Como se siente un sumiso




Bueno, me gusta hablar mucho de este tema, por que cada sumiso es un mundo, y no es nada fácil abarcar este tema, por eso creo , que personalmente nunca dejo de crecer
y de ver mas cosas cuando hablo de esto.

Muchas veces, intento ponerme en los ojos del sumiso y ver como nos ven a nosotras , las mujeres Dominantes.
Por ejemplo, los sumisos adoradores del cuerpo femenino, ver unas piernas envueltas en pantys, unas botas, ligas, corsets .. se les iluminan los ojos, y no ven nada mas allá de eso, con ganas tremendas de poder lamer, besar o acariciar esa zona, esperan que les concedas tu permiso, entonces serian totalmente felices.

Atracción , pero a la vez autocontrol,siempre a tus ordenes, siempre son pensamientos presentes en la mente del sumiso; cuando autorizas algo que ellos anhelan , desean ..la gratitud del momento que sienten no tienen fin.

Sus derechos sobre ti son totalmente nulos,.. no tienen ningún derecho, ni tampoco ningún privilegio, …lo que decidas concederles serán lo que obtengan…… por lo tanto otra virtud de la que se hacen valedores es la paciencia, esperar a que su Ama se digne a concederles una satisfacción es una de las tantas cosas que les lleva a someterse.

Una mirada, una sonrisa por parte de su Ama, en muchas ocasiones ya es una forma de pago por su fidelidad.
Unas caricias en sus carnes flageladas por el latigo o la fusta, un bálsamo reconfortante.
Un COLLAR abrazando su cuello, es sin duda el mejor de los regalos.

No saben lo que vendrá después,… la intriga, el desconocimiento también juegan un papel importante en el juego, saben que a su Ama no le importa lo que ellos estén pensando en esos momentos, nosotras simplemente disfrutamos y estamos centradas en nuestro propio placer… disfrutaremos hasta que decidamos pasar a otra cosa.

Estos sentimientos son típicamente anormales en una relación “vainilla”, pero no anormales porque no se den,… si no porque los sumisos son capaces de alimentarse de ellos, de sentir erotismo y bienestar con ellos,…en definitiva de sentirse sometidos a los deseos de un Ama.

Creo que todos estos sentimientos se dan igual en un tipo de pareja “normal” o en una relación de Dominio, la diferencia esta en la forma en que se viven.

Una persona cualquiera con tendencias sumisas, lo único que tiene diferente a otra que no las posee es que la primera esta dispuesta a aprender y a desarrollarse,…. la segunda cree que lo tiene todo aprendido en esta materia.

El sumiso es sabedor de sus debilidades y de sus virtudes, sabe que solo así conseguirá su plenitud sexual y conseguirá que su amada le obsequie con sus favores de buena gana,….. el otro cree tenerlos por derecho, y tal vez por eso no llegan nunca a conocer los deseos mas recónditos de sus amadas.

En definitiva el sumiso demuestra una madurez a nivel mental y espiritual en todo lo relativo a los valores en la pareja muy superior a la media.

Por poner un ejemplo, en una pareja “normal” el hombre intuye lo que pasara después de cada acción,…si una pareja se decide a hacer un masaje erótico, lo normal es que después sigan las caricias y finalice con la penetración y el orgasmo…. Al menos con el de él….. el de ella, bueno que importa si al ver que no llegaba lo habrá tenido que fingir… Todos sabemos también que hubiese pasado si después de haberle hecho el compañero a su pareja un masaje erótico esta se hubiese dado media vuelta y a dormir….. ufff. Los pensamientos del hombre con relación a “vaya faena me ha hecho”.. “será H.P. me tiene aquí media hora deleitándola y luego ala,…a dormir”…. En fin reacciones de cabreo, que solo traen como consecuencia que si la mujer las detecta,…y las detecta,… la próxima vez no habrá masaje,.. para que, para volver a tener el mismo rollo,… no vale la pena pensara ella,… y así caen en sus propias redes de monotonía y aburrimiento sensorial.

En una relación de dominio la misma escena esta llena de interrogantes para la parte masculina. Solo nosotras sabemos como acabará,… él no tiene ni idea de nuestras intenciones,…. Pero termine como termine, la decisión será aceptada por nuestro sumiso con agrado.

Por eso la diferencia esta en como se viven los sentimientos, en su intensidad…por eso el mundo “vainilla” y el de sumisión están tan enfrentados. Se podría decir que lo vainilla es lo simple, la parte externa de los sentimientos. Dedicación, deseo, entrega, lealtad, agradecimiento … etc. difícilmente se viven con intensidad, son como un “si pero no”, un “hasta cierto punto”.

El sumiso profundiza en esos sentimientos sin reservas, sin condiciones, los saborea como un autentico gourmet, los desarrolla y finalmente les sirven como guía que dar sentido a su existencia.

3 comentarios:

Sombra dijo...

Vaya me encantan las descpiciones q hace mi reina de este tipo de cosas ,muy instructivas en este caso,,muy romanticas y profundas en otros post.
pero hablando de este dire q casi me convences en relacion a la superficialidad del mundo vainilla.
es cierto q en una relacion vainilla se dan muchas cosas por supuesto q quizas no deberian ser,y quizas el daño q se hace es todavia mayor q el de los latigazos, pq se hace en el corazon.Igualmente para q una relacion D/s funcione pienso q tiene q haber amor tb,cosa q muchos amos niegan,quizas por temor, pero si no el daño tb se acabara haciendo,pienso yo.
Como siempre muyprofundo y bell odiria yo,ademas de instructivo.
UN BESAZO DE UN ADMIRADOR

Laura dijo...

Aiss que razón lleva Señora...

Si bien su opinión al respecto del BDSM se parece bastante a la mía, veo que sobre lo soso-vainilla también. Me encantó ya la forma que tuvo de empezar este post. "por eso creo que nunca dejo de crecer..."

Y bueno, en el resto, pues también de acuerdo. Que si, que los vainillas son unos sosos! Jajaja.

Y los sumis... pues somos los mejores Señora. Desde la humildad, pero así es... juassss. Y Ustedes son.... pues... Dioses para nosotros :)

Besos, abrazos, y por supuesto, mis respetos :)

Yanae dijo...

Muy buena reflexión tata. Está bien recordar que nunca debemos dejar de ponernos, o al menos intentarlo, en una piel que no es nuestra.